Pensamientos al azar...

Terminó. La lucha de mi abuela por irse de esta Tierra terminó. Murió hoy a las 7 de la noche (un 7 de octubre del año 2007, habiendo nacido un 27 de marzo de 1927 y siendo el 7 su autoproclamado número de la suerte). Tuvo 2 últimos años muy injustos, en mi opinión... una mujer tan enérgica, que durante toda su vida hizo prácticamente lo que le dio la gana, se vio desvalida frente a la muerte de su esposo, mi abuelo, con quien anduvo recorriendo el mundo y transformándolo como quiso por 52 años. Puede sonar un poco frío, pero creo que es lo más justo que ha podido pasar.

Mi abuela nunca aceptó que mi abuelo se murió en mayo de 2005. Sostuvo todo el tiempo que él se había ido en un viaje a Valencia, y que no la había llamado en los pasados 4 días (por qué 4 días, siempre me lo preguntaré). Aún hoy, 2 años y tantos meses después, mantenía la misma historia. Hay que amar a alguien con demasiada profundidad como para entrar en una crisis de negación tan arrecha. Y con razón... en estos momentos el agnosticismo se me va al carajo cuando creo a pies juntillas que mis viejos están juntos de nuevo. Como en el sueño que mi papá tuvo hace dos días: subiéndose a un buque desconocido, despidiéndose de nosotros para emprender otro de sus fantásticos viajes.

Mi abuela, la mujer que nació en Puerto Cabello y se sumergía cientos de metros a puro pulmón; la que vino a Caracas y fundó muchas organizaciones de damas proactivas y aguerridas; que acompañó a mi abuelo en su lucha por reivindicar a los niños pobres de Mérida, la educación católica y el servicio a la sociedad; que recorrió junto a mi viejo todos los mares del mundo para, entre otras cosas, reunir la tercera colección de caracoles más grande de este lado del globo; que se convirtió en la primera dama en escalar el Pico Bolívar, con el busto del Libertador a cuestas, y que además de todo eso consiguió criar 4 hijos más otros 6 adoptados, ya descansa de una vida tan ajetreada. O quién sabe, conociéndola probablemente anda de nuevo buscando lo que necesite hacerse.

Y a todas estas, yo estoy tranquilo. Triste, pero tranquilo. Sigo creyendo que una vida más plena no se puede tener, sigo creyendo que de seguro los dos compinches de vida se juntaron de nuevo luego de la vida para ponerse a inventar nuevas exploraciones. Extraño a mis abuelos, a esos seres indivisibles que me enseñaron a nadar, a escribir, a acampar, a arriesgarme, a manejar carros, lanchas y mi vida con ética, pero me alegro de que se vean las caras de nuevo. Espero hacerlos sentirse orgullosos de quién soy, quién seré y lo que lograré. Si les llego a los talones, habré hecho lo suficiente para dos ó tres vidas consecutivas.

Alita, More, están conmigo a donde vaya. Gracias por el mejor ejemplo que se puede tener de grandes vidas y gran vida.

Comentarios

Yo comprendo tu pesar DaniFilth. Mi Abuela materna falleció repentinamente hace 4 años de una pulmonía. Tenía 90 años y era todavía muy vivaz...
Zarqawi dijo…
Sentido pésame mi pana.

Entiendo esa sensación de dolor, y la necesidad de creer en un dios y no poder. Para eso se hizo la religión....para darle sentido a las cosas.

Estamos hablando. Me tocaste unos nervios con ese texto. Cuídate !!!

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